
La primera vez que vi morir a una de mis mascotas fue por envenenamiento. La impotencia de no saber qué hacer y el sentimiento de odio que sientes en ese momento hacia la persona que fue capaz de cometer un acto tan bajo, es indescriptible.
Las causas que llevan a alguien a hacerlo son muchas, ninguna es justificable. A veces el simple hecho de no llevarte bien con tu vecino o que a él no le gusten los animales puede ser un factor que conlleve a que lo haga.
Aún vivo en la misma casa donde alguna vez mi vecina tomo la decisión de envenenar a algunos de mis gatos por el simple hecho de que no le gustaban. Se tomó la molestia de subir hasta su techo, a pesar de tener una discapacidad y poner comida para atraerlos. Lo peor de pasar por esto es que no hay autoridad a quien acudir, ninguna jefatura de policía recibiría una denuncia si mataron a tus mascotas, al menos esa vez hubo mucha negativa y hasta el día de hoy las leyes no están claras.
Lo primero que debes tener en cuenta es estar preparado, no esperes a que suceda para tomar conciencia. A penas termines de leer este post corre a la farmacia y compra pastillas de carbón activado, esto hará que puedas neutralizar el veneno y te dé tiempo de llevar a tu mascota al veterinario. En caso no tengas pastillas de carbón activado puedes usar pan quemado.
Otra de las medidas más usadas para hacer que tu perro vomite el veneno es darle agua con sal con ayuda de una jeringa. Recuerda que la sal es tóxica para ellos, si bien producirá el vómito, corres el riesgo de complicar todo con una intoxicación, luego de ello puedes darle leche para proteger el estómago.
Ten muy en cuenta que todo esto es solo como medida de primeros auxilios, pero luego tendrás que llevar a tu mascota al veterinario más cercano para que le den asistencia médica.